Uno de los grandes alicientes de comprar un smartphone nuevo es el tiempo de carga reducidísimo que tienen los nuevos modelos. Xiaomi, Oppo o realme llevan unos años luchando por dar el máximo de vatios sin romper baterías. Algunos van por los 200 W y subiendo.
Si tienes un iPhone antiguo o un Samsung Galaxy de hace ya varios años y no lo quieres cambiar, tenemos unos cuantos trucos para que tus tiempos de carga no sean desesperantes. Porque las nuevas cámaras y los procesadores potentes están genial, pero la carga rápida es una ventaja muy útil en el día a día.