Pasar mucho calor por la calle es inevitable, más aún ahora que todo es hormigón y parece que cobran por la sombra. Pero mucho peor es asarse en casa, que se te pegue la ropa del sudor y que no puedas ni dormir.
La solución es el aire acondicionado. Eso ya lo sabemos todos, pero muchos tememos que la factura de la luz se dispare o creemos que su uso es muy ineficiente e inconveniente por creer que necesitamos estar entendiéndolo y apagándolo según estemos en la estancia o no.