Apple se vanagloria de mantener sus dispositivos a la última durante muchos más años que los equipos con Android. La fama de ofrecer hasta cinco años de actualizaciones ha llevado a los usuarios a creer que los dispositivos funcionan siempre al mismo nivel de rendimiento.
A lo largo de los últimos años hemos visto que esto era falso, pues se ha demostrado que Apple bajaba el rendimiento de los terminales dependiendo de elementos físicos como la batería y su desgaste, aunque todo llegaba mediante una actualización de iOS.