Ben Nowack un jovencísimo ingeniero e inventor de 26 años, es el autor de esta genial idea, que, pese a que nos es nueva, sí que supone un gran avance con respecto a las anteriores. Hablamos del uso de superficies reflectantes montadas en satélites para redirigir la luz solar a los paneles solares que hay en la tierra por la noche, es decir, donde los parques solares están inactivos por la noche.
Matizamos que no es nueva ya que multitud de países como China o Rusia ya han desarrollado cosas similares. Por ejemplo, el proyecto ruso Znamya puso en órbita con éxito un espejo de 15 metros, enviando un haz de luz itinerante de cinco kilómetros de ancho por toda Europa.