El oficio de aparcacoches está punto de recibir la estocada final, con la llegada de Jimu, el robot autónomo que aparca coches sin necesidad de ponerse al volante.
A casi nadie le gusta tener que aparcar en un parking. Te toca dar vueltas hasta encontrar un sitio, y los aparcamientos suelen se estrechos, y a veces mal orientados.
Peor aún si se trata de un parking subterráneo, a veces mal iluminado, peligroso porque se cruzan peatones y otros coches, y mal ventilados. Te tragas una buena cantidad de humo.