La entrada del nuevo año no trae consigo mucho optimismo para las empresas del Reino Unido. El aumento de las contribuciones de los empleadores al Seguro Nacional (NIC) impuesto por la nueva Canciller Raquel Reeves encarece la contratación de personal y probablemente influya en la inversión. Sectores como la industria automotriz enfrentan desafíos propios, como las sanciones por no alcanzar una proporción suficiente de ventas de vehículos eléctricos. Por otro lado, las empresas orientadas al consumidor también están bajo presión debido a los aumentos en los NIC de los empleadores y al salario digno nacional, afectando especialmente al sector hotelero y al comercio minorista, ambos ya golpeados por la débil confianza del consumidor.
Desafíos Sectoriales y Políticas Gubernamentales
Las minoristas han sufrido una serie de advertencias de ganancias justo antes de Navidad, y desde entonces ha habido indicios de una débil afluencia durante el periodo de ventas. Sin embargo, se prevé que el sector de la construcción de viviendas experimente mejoras graduales a lo largo de 2025. Uno de los principales desafíos que las empresas enfrentan en este nuevo año es cómo incorporar la inteligencia artificial generativa en sus operaciones, una tecnología que cada vez toma mayor relevancia en el mundo empresarial.
Además, las grandes multinacionales y los exportadores pueden enfrentar obstáculos en forma de aranceles impuestos por la administración entrante de Trump en Estados Unidos. Multinacionales que operan o hacen negocios con Francia y Alemania también pueden ver sus ganancias afectadas por las condiciones económicas tibias en ambos países, con especial dificultad en Alemania, donde la actividad está suspendida hasta después de las elecciones anticipadas de febrero.
Estas preocupaciones se suman a los desafíos internos, donde los empresarios deben lidiar con un mercado laboral caracterizado por la escasez de habilidades y la elevada cantidad de puestos vacantes sin cubrir. Mientras tanto, la incorporación de tecnologías emergentes y su adaptación a las operaciones comerciales sigue siendo un punto esencial para mantenerse competitivos en un mercado global en rápida evolución.
Confianza del Consumidor y Mercado Laboral
El análisis económico del Reino Unido pinta un panorama de estancamiento, si no de deterioro. Tras haber sido la economía de más rápido crecimiento en el G7 durante la primera mitad de 2024, el Reino Unido experimentó una desaceleración en el tercer trimestre del año. El gobierno entrante ha explotado el pesimismo para subrayar una herencia económica que, según ellos, es horrible, afectando la confianza de empresas y consumidores. La Oficina de Estadísticas Nacionales ha indicado que la economía se contrajo en octubre, y las encuestas del Índice de Gerentes de Compras de S&P Global señalan una contracción de la actividad en noviembre.
El próximo aumento de los NIC de los empleadores probablemente tendrá un efecto disuasorio sobre la actividad, aunque es más probable que esto resulte en una disminución de la contratación en lugar de un aumento significativo del desempleo, dada la gran cantidad de puestos vacantes sin cubrir (más de 800,000). La prolongada escasez de habilidades en el Reino Unido sigue siendo un factor que lastra el crecimiento. En medio de esta situación, ni los hogares ni las empresas pueden esperar que el Banco de Inglaterra acuda al rescate, ya que es probable que el Comité de Política Monetaria (MPC) implemente menos recortes de tasas de interés en 2025 de lo que se esperaba hace unos meses.
Inflación y Política Monetaria
La inflación media, que se elevó al 2,6% en noviembre, probablemente se mantenga por encima del objetivo del banco durante todo el año, lo que seguirá siendo una preocupación para el MPC. Sin embargo, la mayor incertidumbre económica radica en la posibilidad de que Donald Trump cumpla su promesa de imponer aranceles, lo que podría desencadenar una guerra comercial perjudicial si otros países responden de manera similar. El Reino Unido, la UE y Japón han indicado que quieren evitar medidas de represalia, pero es poco probable que China adopte ese enfoque.
La incertidumbre en torno a políticas comerciales internacionales podría agudizar los desafíos internos que el Reino Unido ya enfrenta. Las perspectivas de la economía están ligadas tanto a las decisiones internas como a las dinámicas globales, donde el comercio y las alianzas internacionales juegan un papel crucial. La capacidad de adaptación y respuesta a estas políticas será determinante en el desempeño económico del país a lo largo de 2025. Sin embargo, estos factores externos solo complican un contexto doméstico ya frágil, donde la presión inflacionaria y la incertidumbre en el mercado laboral continúan siendo obstáculos significativos.
Impacto en las Finanzas de los Hogares
El inicio del nuevo año no trae muchas esperanzas para las empresas del Reino Unido. La subida de las contribuciones de los empleadores al Seguro Nacional (NIC), implementada por la nueva Canciller Raquel Reeves, encarece notablemente la contratación de personal y es probable que influya negativamente en la inversión. Sectores como la industria automotriz enfrentan retos adicionales, como las sanciones por no llegar a una proporción adecuada de ventas de vehículos eléctricos.
Asimismo, las empresas enfocadas en el consumo también sufren por los aumentos en las contribuciones al NIC de los empleadores y el alza en el salario digno nacional. Este impacto se siente especialmente en el sector hotelero y el comercio minorista, los cuales ya estaban afectados por la débil confianza del consumidor. La situación económica general dificulta que estas empresas puedan recuperarse rápidamente, y se espera que enfrenten más desafíos en el futuro cercano debido a estos aumentos de costos y las presiones adicionales.
