En el complejo entorno económico de América Latina, y particularmente en Colombia, las pequeñas y medianas empresas (pymes) enfrentan obstáculos significativos para obtener el financiamiento necesario que les permita no solo sobrevivir, sino también prosperar en un contexto de desaceleración económica y altas tasas de interés. Estas empresas representan el 99,5% del tejido empresarial colombiano y aportan aproximadamente el 40% del Producto Interno Bruto (PIB), según datos de BBVA Research, consolidándose como un pilar fundamental de la economía. Sin embargo, la falta de acceso a recursos financieros limita su capacidad de operación y expansión. Ante las trabas del sistema bancario tradicional, caracterizado por procesos lentos y requisitos estrictos, han surgido nuevos actores en el mercado que están transformando el panorama del crédito. Las fintech, con su enfoque innovador y tecnológico, se han posicionado como una solución prometedora para cerrar la brecha de liquidez que afecta a este sector clave, ofreciendo alternativas más accesibles y eficientes.
Nuevas Soluciones para un Problema Persistente
Las pymes en la región enfrentan una realidad desafiante, ya que cerca del 70% de ellas no logra acceder a crédito formal, según estimaciones del IFC del Banco Mundial. Esta carencia de financiamiento no solo dificulta el cumplimiento de obligaciones básicas como el pago de nóminas o la adquisición de insumos, sino que también frena proyectos de crecimiento que podrían fortalecer su competitividad en el mercado. La situación se agrava en un entorno económico donde las tasas de interés permanecen elevadas y los bancos tradicionales imponen condiciones que muchas veces resultan inalcanzables para empresas de menor tamaño. Este vacío ha generado una necesidad urgente de alternativas que puedan ofrecer liquidez de manera rápida y sin los engorrosos trámites asociados a las entidades financieras convencionales. En este escenario, la tecnología ha abierto una puerta hacia soluciones que antes parecían inalcanzables para las pymes, marcando un cambio significativo en cómo se accede al capital necesario para operar y expandirse.
El surgimiento de las fintech representa una respuesta directa a estas dificultades, al combinar herramientas digitales con modelos financieros innovadores. Estas empresas han desarrollado plataformas que simplifican los procesos de solicitud y aprobación de créditos, eliminando muchas de las barreras que caracterizan al sistema tradicional. Un ejemplo claro de esta transformación es la manera en que las fintech utilizan algoritmos avanzados y datos alternativos para evaluar la capacidad de pago de las pymes, en lugar de depender exclusivamente de historiales crediticios formales que muchas veces no reflejan la realidad de estos negocios. Este enfoque no solo acelera el acceso a recursos, sino que también permite llegar a empresas que, de otra manera, serían excluidas del sistema financiero. Así, las fintech no solo están llenando un vacío, sino que están redefiniendo las reglas del juego al priorizar la agilidad y la inclusión en el otorgamiento de crédito, lo que resulta crucial para la supervivencia de las pymes en tiempos de incertidumbre económica.
Casos de Éxito y Expansión Regional
Un referente destacado en este ámbito es Escarlata, una fintech colombiana que, en tan solo 18 meses de operación, ha logrado entregar más de $10.500 millones en créditos a pymes, impactando de manera significativa a miles de empresas. Esta plataforma opera bajo un modelo que integra dos unidades complementarias: Catapult, enfocada en la provisión de crédito inteligente, y Aicoll, que gestiona tecnológicamente el ciclo de vida de los préstamos. Este esquema permite no solo otorgar financiamiento, sino también optimizar procesos como la cobranza, manejando operaciones mensuales por más de USD$100 millones y contando con una base de más de 230.000 usuarios activos. Según Diego Pardo, COO de Escarlata, la misión de la empresa va más allá de proporcionar recursos; se trata de transformar la experiencia financiera de las pymes al eliminar trámites complejos y apostar por procesos completamente digitales, lo que ha resultado en un impacto tangible en el sector empresarial al que se dirigen.
La expansión de Escarlata no se ha limitado al mercado colombiano, ya que la empresa ha iniciado operaciones rentables en México durante el tercer trimestre del año en curso, un paso que refleja el enorme potencial de las fintech para abordar desafíos comunes en economías con alta informalidad y restricciones de acceso al crédito. Este movimiento internacional demuestra cómo los modelos tecnológicos de financiamiento encuentran terreno fértil en países con necesidades similares, donde las pymes enfrentan barreras estructurales para obtener recursos. Además, Escarlata proyecta un pipeline de negocios cercano a los USD$50 millones para el presente año, con metas ambiciosas de generar más de USD$10 millones en créditos para 2026 en mercados estratégicos como Colombia, México, Perú y Estados Unidos. Esta visión de crecimiento no solo evidencia la confianza en su modelo, sino también la creciente demanda de soluciones alternativas que puedan atender a un segmento empresarial históricamente desatendido por el sistema financiero convencional.
Beneficios a Largo Plazo y Desafíos Pendientes
El impacto de las fintech en las pymes trasciende la simple provisión de liquidez inmediata, ya que estas plataformas también contribuyen a la competitividad y al desarrollo sostenido de las empresas. En un contexto de desaceleración económica, acceder a un crédito puede ser la diferencia entre mantener las operaciones o enfrentar el cierre definitivo. Las soluciones tecnológicas ofrecidas por estas empresas permiten a las pymes no solo superar crisis de flujo de caja, sino también invertir en áreas clave como la innovación, la capacitación de personal o la ampliación de sus mercados. Este tipo de apoyo resulta fundamental para que las pequeñas y medianas empresas no solo sobrevivan, sino que se posicionen como actores relevantes en sus respectivos sectores. El caso de plataformas como Escarlata ilustra cómo el financiamiento tecnológico puede actuar como un catalizador de crecimiento, al ofrecer recursos de manera oportuna y adaptados a las necesidades específicas de cada negocio.
Sin embargo, el camino no está exento de retos, ya que el verdadero desafío para las fintech radica en garantizar que el crédito otorgado se traduzca en productividad y sostenibilidad a largo plazo, más allá de ser una solución temporal para problemas de liquidez. Como señala Diego Pardo, es crucial que las pymes utilicen estos recursos de manera estratégica para generar valor y no solo para cubrir gastos operativos inmediatos. Además, las propias fintech deben seguir perfeccionando sus modelos de evaluación de riesgos y adaptarse a las dinámicas cambiantes de los mercados en los que operan. Aunque el impacto hasta ahora ha sido positivo, con una creciente aceptación de estas soluciones en la región, el éxito futuro dependerá de la capacidad de equilibrar la innovación con la responsabilidad financiera. Solo así se podrá consolidar un sistema de financiamiento inclusivo que realmente impulse el desarrollo económico de las pymes en América Latina.
Hacia un Futuro de Inclusión Financiera
La transformación que las fintech han traído al panorama del crédito para las pymes marca un antes y un después en la manera en que estas empresas acceden a recursos financieros. A medida que la tecnología sigue avanzando, es probable que surjan nuevas herramientas y plataformas capaces de atender de manera aún más precisa las necesidades de un sector tan diverso y dinámico. Este fenómeno no solo responde a una demanda urgente de liquidez, sino que también apunta hacia un futuro donde el financiamiento sea más democrático y accesible para todos los actores económicos, independientemente de su tamaño o ubicación geográfica. El papel de las fintech, por tanto, no se limita a llenar un vacío dejado por el sistema tradicional, sino que también establece un precedente sobre cómo la innovación puede ser un motor de cambio en la economía.
En retrospectiva, las iniciativas lideradas por empresas tecnológicas reflejan una respuesta efectiva ante las limitaciones que enfrentaron las pymes en el pasado. Mirando hacia adelante, el siguiente paso implica fortalecer la colaboración entre estas plataformas, los gobiernos y otros actores del ecosistema financiero para crear políticas que promuevan la inclusión y minimicen los riesgos asociados al crédito. Asimismo, será esencial educar a las pymes sobre el uso responsable de los recursos obtenidos, asegurando que el financiamiento se convierta en una herramienta de crecimiento sostenible. El camino hacia una economía más equitativa está en marcha, y las fintech tienen un rol protagónico en este proceso, abriendo oportunidades que antes parecían inalcanzables para miles de empresas en la región.