La economía de Argentina se encuentra en una encrucijada crucial, donde mejorar su competitividad real es fundamental para sostener y fomentar el crecimiento económico. En el año 2023, el Banco Central hizo un esfuerzo considerable al comprar dólares, lo que permitió un aumento en las reservas. No obstante, estas aún no alcanzan los niveles previos a las significativas pérdidas sufridas durante ese mismo año. La llegada del presidente Milei trajo consigo una recuperación parcial de las reservas, aunque estas siguen siendo notoriamente insuficientes para garantizar la estabilidad macroeconómica que el país requiere desesperadamente.
La Caída y Recuperación de las Reservas
En el año 2023, las reservas de Argentina comenzaron en unos imponentes USD 45,000 millones, pero experimentaron una caída dramática hasta los USD 21,000 millones antes de la llegada del presidente Milei. Aunque desde ese momento las reservas han mostrado señales de recuperación, situándose a fin de año en USD 32,000 millones, todavía están lejos de alcanzar los niveles iniciales del 2023. Esta recuperación de reservas está estrechamente ligada a las importaciones, las cuales aumentaron considerablemente durante los primeros tres trimestres del año, conduciendo a una caída significativa en las reservas debido a la alta demanda de divisas necesarias para cubrir estas importaciones.
La situación se agravó a finales de 2023, cuando se impuso una fuerte restricción a las importaciones debido a la acumulación de pedidos de divisas no satisfechos. Este hecho provocó una disminución drástica de las reservas, reduciéndolas a la mitad y causando también un descenso notable en las importaciones. Con la llegada del año 2024, se ha evidenciado una recuperación tanto de las reservas como de las importaciones, aunque estas últimas a un ritmo más acelerado. Según datos recientes, mientras las importaciones en el tercer trimestre del 2024 han alcanzado niveles similares a los de inicios del año anterior, las reservas continúan estando un 33% por debajo, indicando que la economía aún enfrenta desafíos significativos.
El Impacto del TCRM y la Necesidad de Competitividad
El Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM) es un indicador crucial a tener en cuenta en el análisis de la competitividad de la economía argentina. Durante el año 2023, este indicador se mantuvo relativamente estable, pero registró un fuerte aumento en el primer trimestre del 2024 debido a una devaluación de la moneda argentina. Sin embargo, desde entonces, el TCRM ha mostrado un deterioro sostenido, afectado por la persistente inflación y la depreciación del real brasileño, así como del euro en menor medida. Este continuo deterioro refleja una pérdida de competitividad de la economía argentina en términos de precios, lo que subraya la necesidad de un shock de competitividad real basado en la eficiencia productiva y no solo en ajustes cambiarios.
Es crucial que el gobierno argentino mejore las condiciones de competitividad real, incluyendo la estabilidad macroeconómica, el financiamiento productivo, la reducción de la presión impositiva, regulaciones laborales más flexibles, mejoras en la logística, el acceso a energía y la seguridad jurídica. Aunque ya se están realizando avances en algunos de estos aspectos, como la eliminación del impuesto PAIS, aún existe un largo camino por recorrer para lograr reducciones significativas en los costos logísticos, energéticos y de seguridad. La eliminación del impuesto PAIS, por ejemplo, ha sido un paso importante, pero no suficiente para garantizar una mejora sostenible en la competitividad real de la economía.
La Importancia de las Importaciones para el Crecimiento
Este análisis destaca la urgencia de implementar estas mejoras, especialmente considerando que el gobierno tiene como objetivo que el año 2025 marque el comienzo de un prolongado proceso de crecimiento económico. Para lograrlo, las importaciones juegan un papel fundamental, dado que los datos históricos muestran una relación intrínseca entre el crecimiento económico y el aumento de las importaciones. Aproximadamente el 85% de las importaciones argentinas consisten en maquinaria, repuestos e insumos esenciales para la producción. Por ende, sin un aumento en las importaciones, el crecimiento económico resulta prácticamente inviable.
El gobierno muestra confianza en que los recursos generados por los Regímenes de Incentivo a la Generación de Ingresos (RIGI) proporcionarán los dólares necesarios para aumentar las importaciones sin perjudicar las reservas. Además, se espera que estos recursos también provean la energía necesaria para reducir los costos energéticos a la mitad, un objetivo ambicioso pero factible. Sin embargo, la realización de estos objetivos tomará tiempo, y es un tiempo del que el gobierno carece tras la eliminación del impuesto PAIS. Este nuevo escenario presenta un desafío adicional debido a la creciente presión sobre las importaciones y la necesidad de mantener una estabilidad cambiaria.
La Necesidad de Acelerar las Mejoras en Competitividad
La economía de Argentina está en una encrucijada crucial, donde mejorar la competitividad real es esencial para sostener y fomentar el crecimiento económico. En 2023, el Banco Central hizo un esfuerzo significativo comprando dólares, lo que resultó en un aumento de las reservas. Sin embargo, estas reservas aún no alcanzan los niveles previos a las importantes pérdidas sufridas durante el mismo año. La llegada de Javier Milei a la presidencia trajo consigo una recuperación parcial de las reservas, aunque siguen siendo insuficientes para garantizar la estabilidad macroeconómica que el país necesita. Además, el gobierno busca implementar reformas estructurales para mejorar la situación fiscal y promover inversiones extranjeras. La inflación sigue siendo un problema persistente, afectando el poder adquisitivo de la población y la confianza en la moneda local. La economía argentina enfrenta desafíos significativos, y lograr una estabilidad sostenible requerirá esfuerzos coordinados en el ámbito político y económico.