Desde el inicio del presente año, el Departamento de Movilidad Sostenible del Gobierno Vasco ha asumido la gestión de cinco líneas de Cercanías ferroviarias previamente controladas por Renfe. Sin embargo, a pesar de este cambio en la administración, las operaciones diarias de estas líneas seguirán bajo la responsabilidad de Renfe. Las líneas transferidas incluyen las tres del núcleo de Cercanías de ancho ibérico de Bilbao (C-1, C-2 y C-3), la C-1 del núcleo de Cercanías de San Sebastián y la C4f de ancho métrico de Bilbao. Este traspaso afecta a un volumen significativo de viajes, alcanzando los 22 millones de desplazamientos anuales con un total de 426 circulaciones diarias. La consejera de Movilidad Sostenible, Susana García Chueca, ha enfatizado que su objetivo es no conformarse solo con el servicio actual, sino buscar mejoras continuas en la calidad y expansión del servicio hacia nuevas áreas como Álava y los tramos entre Karrantza y Aranguren.
Mejoras Previstas en el Servicio
Uno de los cambios específicos resaltados es la reorganización y optimización de la línea C3 para ofrecer servicios más rápidos y directos, con frecuencias de 15 minutos entre Llodio y Bilbao. A partir del 7 de enero, Renfe implementará 16 servicios Civis en dicha línea, reduciendo tanto la cantidad de paradas como los tiempos de trayecto en días laborables. Además, se incrementará la frecuencia de trenes entre Bilbao y Orduña, estableciendo salidas cada 15 minutos entre estos puntos durante los días hábiles y aumentando el número de trenes de fin de semana de 55 a 76. Para el año 2025, se esperan otras mejoras significativas, incluyendo un nuevo servicio de Cercanías en Álava con trenes que cubrirán la ruta entre Miranda de Ebro y Alsasua. También se extenderán los recorridos que actualmente finalizan en Vitoria-Gasteiz, ampliando así el alcance del servicio.
En Bizkaia, está programada la implementación de una nueva lanzadera ferroviaria que conectará Karrantza con Bilbao a través de Aranguren, una vez que ADIF complete las obras de electrificación necesarias. La introducción de estos servicios adicionales tiene como principal objetivo ofrecer un transporte público más eficiente y accesible para los ciudadanos, mejorando tanto la conectividad como la comodidad de los viajes diarios. Es de destacar que, aunque la gestión ahora recae en el Gobierno Vasco, la infraestructura ferroviaria sigue estando bajo la supervisión del Gobierno central, lo que implica una necesaria colaboración con ADIF y el Ejecutivo español para implementar y coordinar estas mejoras.
Renovación del Material Rodante y Colaboraciones
Renfe se ha comprometido a renovar progresivamente sus trenes antes de finales de 2027, reemplazando los 25 trenes más antiguos de un total de 44 con unidades de mayor calidad. Este esfuerzo es vital para asegurar mayor fiabilidad y confort en el servicio de Cercanías en Euskadi. Al mismo tiempo, ADIF ha iniciado un plan de inversiones para mejorar la red ferroviaria en los próximos 10 años, con una inversión global de 400 millones de euros. Estas inversiones incluirán la electrificación de líneas, mejoras en infraestructura e implementación de nuevas tecnologías para optimizar la gestión y operación del servicio.
A pesar de la transferencia de la gestión, la infraestructura sigue bajo control del Gobierno central. Es crucial una cooperación efectiva entre las entidades involucradas para garantizar la implementación adecuada de las mejoras. El Gobierno Vasco asumirá competencias en política tarifaria, regulación de derechos y deberes de los usuarios, régimen sancionador e inspección de los servicios. La gratuidad de las Cercanías en Euskadi hasta finales de junio de 2025 muestra el compromiso del Gobierno Vasco con la accesibilidad y la promoción del transporte público.
En resumen, la transferencia de la gestión de Cercanías al Gobierno Vasco busca mejorar la calidad y expansión del servicio. La colaboración entre las instituciones será clave para garantizar un transporte público más accesible y eficiente. Los cambios como la reorganización de líneas, renovación de material rodante y nuevas infraestructuras son pasos decisivos hacia un sistema de transporte moderno.