En los últimos años, la manera en que se celebra el Día de la Madre ha experimentado un cambio significativo, con un aumento en la preferencia por regalar experiencias por encima de objetos materiales. Tradicionalmente, los chocolates han sido uno de los regalos más populares, representando un 40% del mercado, según la encuesta de Cadem. Sin embargo, surge una tendencia que privilegia momentos compartidos y recuerdos duraderos sobre regalos tangibles. Este fenómeno apunta a una revalorización del tiempo personal y experiencias que fortalecen los lazos afectivos con las madres. La reconocida comunicadora Rayén Araya comenta que esta tendencia refleja su deseo de disfrutar de momentos de relajo en medio de la vida cotidiana, prefiriendo experiencias como un día de spa o cócteles especiales como el Jack Apple Breeze. Esta inclinación hacia experiencias refleja un cambio no solo en los hábitos de consumo, sino en la forma en que muchas madres eligen disfrutar su día especial.
Cambios en Hábitos de Consumo
Los hábitos de consumo de las madres chilenas han evolucionado, reflejando un cambio en la valoración del tiempo y la experiencia personal. Según un estudio de Activa Research, el 70,1% de las mujeres mayores de 18 años disfruta de bebidas, con un promedio de consumo de 2,7 veces al mes. Entre estas opciones, el whisky ocupa un lugar destacado con un 16,1% de preferencia, solo superado por el pisco. Este cambio responde a un reconocimiento creciente de la importancia de los momentos de disfrute personal, donde no solo se busca una simple celebración, sino crear memorias significativas. Las experiencias como regalos resuenan con una generación que valora las vivencias sobre los objetos. Además, estos cambios impulsan un mercado que responde a la búsqueda de celebraciones íntimas y personalizadas, adaptándose a las expectativas de las madres modernas que priorizan el tiempo de calidad.
Adaptación de las Marcas
Con la creciente inclinación hacia las experiencias, las marcas han comenzado a ajustar sus ofertas para satisfacer esta demanda en evolución. Un ejemplo de este cambio es el lanzamiento de kits especiales por parte de una conocida marca de whisky de Tennessee, que busca ofrecer momentos únicos y personalizados para diferentes tipos de madres. Estos kits se adaptan a una variedad de estilos, desde las madres con gustos dulces hasta aquellas de carácter fuerte, presentando combinaciones exclusivas de whiskys y diseños de vasos que reflejan la personalidad individual de cada madre. Este tipo de regalos no solo enriquece los momentos familiares, sino que también promueve la creación de experiencias de conexión y relajo. La diversificación de las ofertas de las marcas es una respuesta directa a esta nueva forma de concebir el Día de la Madre, donde el enfoque está en la creación de recuerdos significativos en lugar de simplemente acumular objetos materiales.
Un Nuevo Enfoque de Celebración
El cambio hacia regalar experiencias simboliza una transformación significativa en la manera de conmemorar el Día de la Madre. En lugar de centrarse en regalos materiales, hay un énfasis creciente en el valor del tiempo compartido y la creación de momentos imborrables. Este cambio ha sido articulado por muchas madres, quienes subrayan la importancia de desconectarse de la rutina diaria para disfrutar de pausas conscientes y valiosas. Al destacar experiencias únicas y el tiempo de calidad, esta celebración se redefine y emerge como un espacio donde los recuerdos adquieren un valor especial. Esta evolución va más allá de simplemente reflejar nuevas preferencias personales; está empujando a las marcas a innovar en sus ofertas para satisfacer estos renovados deseos. Los regalos de experiencias ganan terreno, redefiniendo el concepto de bienestar y resaltando la relevancia de conexiones profundas en las celebraciones familiares. En última instancia, este cambio ha permitido a las mujeres priorizar experiencias que fomentan relajación y conexión auténtica.