Entre los usuarios de iPhone existe un mito que supone que cerrar las aplicaciones abiertas en el administrador de tareas optimizará el uso de batería, mejorará el funcionamiento o hará que el dispositivo cargue más rápido.
Para quienes no lo recuerden, cerrar aplicaciones es un proceso que se hace deslizándose hacia arriba en la interfaz multitarea, a la que se accede tocando dos veces el botón ‘Home’, en los iPhones más antiguos, o deslizando el dedo desde la parte inferior de la pantalla hacia arriba, en los últimos modelos.