En el dinámico panorama empresarial actual, la sostenibilidad ha dejado de ser una opción y ha pasado a convertirse en un componente estratégico imprescindible para las organizaciones que aspiran a ser relevantes. El creciente reconocimiento de la sostenibilidad como pilar fundamental de las operaciones empresariales responde a presiones tanto internas como externas, que incluyen las exigencias regulatorias y la demanda de los consumidores. Las empresas que integran la sostenibilidad en sus modelos operativos no solo están mejor preparadas para cumplir con los requisitos legales, sino que también mejoran su competitividad al optimizar recursos y reducir costos a largo plazo. A medida que los líderes empresariales reconocen el valor intrínseco de ser ecoamigables, la sostenibilidad está estrechamente ligada a la innovación y se convierte en un motor de oportunidades económicas y de transformación cultural.
La importancia de medir y gestionar la sostenibilidad
Una de las claves para integrar la sostenibilidad en las prácticas empresariales es la creación de métricas que permitan evaluar el impacto de las operaciones sobre el medio ambiente. Expertos como María Rigou, directora ejecutiva de Cambio Climático y Servicios de Sostenibilidad de EY Argentina, insisten en que la medición precisa es esencial para identificar oportunidades dentro de la cadena de suministro. Este análisis inicial posibilita la asignación adecuada de recursos y el seguimiento del progreso hacia metas de sostenibilidad más amplias. Asimismo, enfatiza la necesidad de un enfoque integral que contemple tanto el ámbito interno como el externo, asegurando que la comunicación sobre prácticas sostenibles sea efectiva. En este contexto, el uso consciente de recursos hídricos y la adopción de energías renovables son iniciativas que refuerzan el compromiso de las empresas con el medio ambiente.
Las empresas están adoptando tecnologías y procesos innovadores para mejorar la eficiencia energética y reducir la huella de carbono. Inversiones en infraestructuras para la generación de energía limpia, como la solar o la eólica, son ejemplos de acciones tangibles que promueven un cambio positivo. La transición hacia fuentes renovables no solo mejora la sostenibilidad ambiental, sino que también ofrece ventajas económicas al reducir la dependencia de recursos fósiles. Además, el estudio de casos exitosos demuestra que estas acciones pueden ser implementadas sin comprometer la rentabilidad; al contrario, pueden destacarse para la reducción de costos.
Ejemplos prácticos de sostenibilidad empresarial
Vanesa Vázquez, gerente de Impacto Positivo de Cervecería y Maltería Quilmes, ofrece un caso concreto de cómo puede llevarse a cabo la sostenibilidad en el ámbito de la manufactura. Sus proyectos de economía circular y gestión del agua demuestran un enfoque proactivo. El 60% del empaque utilizado por Quilmes es retornable, lo que refleja un cambio no solo en la empresa, sino también en la mentalidad de los consumidores, quienes ahora valoran prácticas sostenibles. Quilmes ha logrado abastecerse completamente de energía renovable gracias a una colaboración con Central Puerto, siendo un testimonio de cómo las asociaciones estratégicas pueden facilitar la transición hacia prácticas más sostenibles.
Además, esta cervecería ha alcanzado logros significativos en el área de agricultura sostenible colaborando con 1,200 productores agropecuarios y logrando exportaciones récord de cebada y malta. Vázquez resalta que este tipo de mentalidad en los negocios convierte la sostenibilidad en una oportunidad más que en un gasto, contribuyendo tanto al éxito del negocio como al bienestar del entorno. Las innovaciones en procesos y productos, como parte de un enfoque integral de sostenibilidad, permiten a las empresas no solo cumplir con las expectativas de sus consumidores, sino también posicionarse como líderes en el mercado.
Innovación social y sostenibilidad en el sector servicios
Pablo Bocco, líder de Innovación Social de Naranja X, remarca que incluso en sectores donde el impacto ambiental puede parecer mínimo, la sostenibilidad sigue siendo un eje central. Naranja X trabaja bajo cuatro pilares: diversidad, equidad, inclusión y acción climática y social. Esta empresa ha optado por descentralizar la implementación de iniciativas sostenibles para permitir a cada equipo desarrollar soluciones personalizadas alineadas con sus objetivos específicos. Este enfoque fomenta un ambiente de innovación, donde cada propuesta es valorada por su capacidad de contribuir al bien común y al éxito corporativo a largo plazo.
Además, la revisión de productos, como la emisión de tarjetas 100% de PVC reciclado, es un ejemplo de cómo las pequeñas acciones pueden sumar un impacto significativo. Promueven el «TPD sustentable» ofreciendo beneficios financieros para productos que generen un impacto positivo, consolidando así una visión responsable hacia el consumo. Este enfoque no solo aboga por la preservación ambiental, sino que también refuerza la cohesión social y cultural, desdibujando las fronteras entre el crecimiento económico y el desarrollo sustentable.
Conclusiones y pasos hacia el futuro
Una clave para integrar la sostenibilidad en las prácticas empresariales es desarrollar métricas que evalúen el impacto ambiental de las operaciones. María Rigou, directora ejecutiva de Cambio Climático y Servicios de Sostenibilidad de EY Argentina, subraya que medir con precisión es fundamental para identificar oportunidades en la cadena de suministro. Este análisis inicial permite asignar recursos adecuadamente y seguir el progreso hacia metas de sostenibilidad más amplias, garantizando un enfoque que incluya tanto el ámbito interno como el externo y asegurando una comunicación eficaz sobre prácticas sostenibles. En este contexto, el uso responsable de recursos hídricos y la adopción de energías renovables son fundamentales. Las empresas están adoptando tecnologías y procesos innovadores para mejorar la eficiencia energética y reducir la huella de carbono. Invertir en infraestructuras para energía limpia, como la solar y eólica, es una acción tangible que promueve un cambio positivo. Además, estas iniciativas ofrecen ventajas económicas al disminuir la dependencia de recursos fósiles y reducir costos sin comprometer la rentabilidad.