En un sector turístico global que redefine constantemente sus prioridades, la sostenibilidad ha dejado de ser una opción para convertirse en un imperativo ineludible que moldea las decisiones de viajeros y corporaciones por igual. La creciente demanda de experiencias auténticas y responsables ha puesto sobre la mesa un desafío monumental para la industria hotelertrascender las declaraciones superficiales y demostrar un compromiso tangible y medible con el planeta y sus comunidades. En este contexto de transformación, un conglomerado hotelero colombiano ha emergido como un faro de liderazgo, estableciendo un nuevo estándar de excelencia en la región. El Grupo Germán Morales, con su portafolio de marcas EK, bh y be, ha culminado un proceso estratégico al certificar la totalidad de sus diez operaciones bajo la rigurosa norma internacional ISO 21401, un sistema de gestión de sostenibilidad para alojamientos turísticos. Este logro no solo valida su filosofía empresarial, sino que también traza una hoja de ruta clara para una hotelería que busca equilibrar la rentabilidad económica con un profundo impacto positivo en los ámbitos social y ambiental.
El Estándar ISO 21401 como Eje de Transformación
A diferencia de otras certificaciones que pueden percibirse como meros sellos de aprobación, la norma ISO 21401 representa un sistema de gestión integral y dinámico que exige una evaluación continua y exhaustiva del desempeño. Su implementación va más allá de cumplir una lista de requisitos; implica la adopción de un modelo operativo donde la sostenibilidad es el núcleo de cada decisión. Esta norma se estructura sobre tres pilares interconectados que garantizan un enfoque holístico. En la dimensión ambiental, el estándar establece directrices claras para la optimización del uso de recursos críticos como el agua y la energía, promoviendo la adopción de tecnologías eficientes y prácticas operativas que minimicen el consumo. Asimismo, exige un manejo responsable de los residuos, desde la reducción en la fuente hasta el reciclaje y la disposición final adecuada, junto con un compromiso verificable hacia la reducción de la huella de carbono, impulsando a las organizaciones en su camino hacia la carbono-neutralidad. Este marco robusto asegura que las acciones medioambientales sean sistemáticas, medibles y verdaderamente impactantes.
Complementando el pilar ambiental, las dimensiones social y económica de la norma ISO 21401 aseguran que la sostenibilidad se extienda a todas las facetas del negocio, creando un valor compartido duradero. En el ámbito social, la norma promueve activamente el bienestar y desarrollo del talento humano, fomentando condiciones laborales justas, programas de capacitación continua y un ambiente de trabajo inclusivo y diverso. Además, impulsa el fortalecimiento de los lazos con las comunidades locales, incentivando la contratación de personal de la zona, la compra a proveedores cercanos y el apoyo a iniciativas culturales y sociales que enriquezcan el entorno. Desde la perspectiva económica, el estándar garantiza una operación financieramente sólida, transparente y ética. Esto no solo refuerza la viabilidad del negocio a largo plazo, sino que también genera una confianza invaluable entre socios, inversionistas y clientes, quienes pueden estar seguros de que su inversión o elección de alojamiento respalda una empresa gestionada con los más altos principios de gobernanza y responsabilidad corporativa.
Una Estrategia Empresarial con Visión de Futuro
Para el Grupo Germán Morales, la obtención de la certificación ISO 21401 no fue la culminación de una campaña de marketing, sino la validación externa de una filosofía que ha sido un pilar estratégico de su cultura empresarial durante años. La sostenibilidad está integrada en su ADN corporativo, entendida no como una tendencia pasajera, sino como un elemento fundamental para la resiliencia y el crecimiento a largo plazo. Este enfoque estratégico se traduce en un valor empresarial tangible y diferenciador en un mercado cada vez más competitivo. Al alinear sus operaciones con los más altos estándares internacionales, el grupo mejora significativamente su atractivo para las compañías multinacionales que exigen que sus socios y proveedores cumplan con criterios ESG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza) estrictos. Esta certificación se convierte en una poderosa carta de presentación, abriendo puertas a nuevos segmentos de mercado corporativo y posicionando a sus hoteles como la opción preferente para organizaciones que buscan coherencia entre sus políticas de viaje y sus valores de responsabilidad social.
El compromiso del grupo con la sostenibilidad no se limita a sus procesos internos, sino que se extiende para involucrar activamente a sus huéspedes, transformándolos de observadores pasivos a participantes clave en el esfuerzo colectivo. A través de programas innovadores como «Huéspedes Verdes», se invita a los viajeros a tomar decisiones conscientes durante su estancia, como la reutilización de toallas y sábanas, una práctica incentivada mediante la política «Default No Cleaning», que reduce significativamente el consumo de agua, energía y productos químicos. Esta estrategia no solo optimiza recursos, sino que también educa y sensibiliza al cliente, enriqueciendo su experiencia. Paralelamente, la visión del grupo trasciende los muros de sus hoteles a través de alianzas estratégicas de alto impacto. Un ejemplo notable es su colaboración con WWF Colombia, una iniciativa enfocada en la conservación del oso andino, una especie emblemática y vital para los ecosistemas de la región. Esta asociación demuestra un compromiso profundo que conecta la operación turística con la protección de la biodiversidad local.
Un Legado de Responsabilidad Consolidado
El hito alcanzado por el Grupo Germán Morales representó mucho más que un logro corporativo individual; se consolidó como un punto de inflexión para el sector hotelero en Colombia y América Latina. Al certificar la totalidad de su portafolio bajo una norma tan exigente, la organización no solo elevó sus propios estándares, sino que también estableció un nuevo referente de lo que significaba operar de manera verdaderamente sostenible. Esta iniciativa demostró con hechos que la rentabilidad económica y un profundo compromiso con el medio ambiente y la sociedad no eran objetivos contrapuestos. Por el contrario, se probó que una gestión integral de la sostenibilidad fortalecía la marca, generaba lealtad entre los clientes y los colaboradores, y construía una base empresarial mucho más resiliente y preparada para los desafíos del futuro. Este precedente inspiró a otros actores de la industria a reevaluar sus propias prácticas, catalizando un movimiento hacia una mayor transparencia, responsabilidad y un impacto positivo tangible en el vasto y diverso ecosistema del turismo regional.
