El Telescopio Espacial Hubble de la NASA, tras más de tres décadas de servicio ininterrumpido a la astronomía y en plena celebración de su 34º aniversario, enfrenta hoy un desafío que pone a prueba su resiliencia. El 24 de mayo marcó un momento de incertidumbre cuando el Hubble suspendió sus operaciones científicas y entró en modo seguro debido a un problema con uno de sus tres giroscopios. Estos dispositivos son vitales, ya que permiten medir y controlar el apuntado del telescopio con gran precisión, aspecto clave para la realización de observaciones detalladas del cosmos.A pesar del contratiempo, hay un atisbo de esperanza. La NASA ha informado que, aunque la recolección de datos se encuentra suspendida, los instrumentos del telescopio continúan estables y su estructura general muestra un buen estado de salud. Con un historial impresionante que incluye descubrimientos astronómicos de calado y una contribución inestimable a nuestra comprensión del universo, no es difícil entender por qué el optimismo persiste. Los expertos de la agencia espacial trabajan contrarreloj para diagnosticar y resolver el fallo y han prometido compartir más detalles sobre el futuro operativo del Hubble a principios de junio.