El análisis del riesgo de suministro eléctrico en España proyectado para el año 2028 arroja luz sobre los desafíos significativos y posibles soluciones que enfrenta el país en términos de estabilidad energética. Según el informe ERAA 2024, elaborado por la Red Europea de Gestores de Redes de Transporte de Electricidad (Entso-e), el futuro del sistema eléctrico español en la península depende de varios factores indispensables. Con el cierre previsto de los reactores nucleares en la central de Almaraz, la viabilidad económica de ciertos segmentos de generación y la necesidad de cumplir con los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), se presentan una serie de riesgos y oportunidades para asegurar un suministro eléctrico continuo y eficiente.
Riesgo de Apagones Incrementado
Uno de los riesgos más prominentes que destacan en el informe es el aumento en la posibilidad de apagones si se lleva a cabo el cierre de los dos reactores nucleares de la central de Almaraz. Esta situación podría elevarse a aproximadamente 4,8 horas anuales de interrupciones en el suministro eléctrico hacia 2028, una cifra que muestra un incremento significativo en comparación con años anteriores. Tal escenario plantea una preocupación crítica para la estabilidad del sistema eléctrico en España, considerando la dependencia que aún se tiene de la energía nuclear para suplir la demanda de los consumidores.
La Red Eléctrica de España ha subrayado la importancia de abordar este problema mediante la diversificación de las fuentes de energía y la implementación de medidas que aseguren una transición eficiente hacia energías renovables y el almacenamiento energético. El cierre de Almaraz no solo implicaría una disminución en la capacidad de generación estable, sino también la necesidad de invertir en tecnologías avanzadas que puedan compensar estas pérdidas y minimizar el impacto de los apagones en la vida cotidiana y la economía del país.
Viabilidad Económica y Adecuación del Sistema
El informe ERAA 2024 también resalta dificultades de viabilidad económica para una parte del mix de generación eléctrico en España. Se estima que alrededor de 9,2 gigavatios (GW) de capacidad de ciclos combinados podrían no ser económicamente viables entre los años 2026 y 2035. Esta proyección preocupa a los expertos, pues representa un desafío significativo para la estabilidad del sistema eléctrico en el corto y mediano plazo. Una economía de generación no sostenible podría resultar en la disminución de inversiones en infraestructura y en la capacidad de respuesta ante emergencias energéticas.
Uno de los aspectos críticos señalados por el informe es la necesidad de realizar inversiones estratégicas en tecnologías de almacenamiento y en nuevas fuentes de energía renovable para asegurar la adecuación del sistema eléctrico. Este desafío económico también requiere de políticas públicas efectivas que incentiven la inversión en energías limpias y en la modernización de la red eléctrica, permitiendo que España mantenga su compromiso con la reducción de emisiones y la transición hacia un sistema más sostenible y fiable.
Importancia del PNIEC y el Almacenamiento
Para mitigar los riesgos asociados con la viabilidad económica y la adecuación del suministro eléctrico, es esencial cumplir con los objetivos planteados por el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). Este plan propone la instalación de 22 GW de capacidad de almacenamiento para el año 2030, lo cual es crucial para garantizar un suministro eléctrico fiable a largo plazo. Cumplir con estos objetivos ayudaría a reducir considerablemente los riesgos de interrupción del suministro, especialmente hacia los años 2030 y 2035.
La capacidad de almacenamiento propuesta por el PNIEC permitiría manejar de manera eficiente las variaciones en la generación de energía renovable, como la solar y la eólica, adaptándose a los momentos de alta y baja demanda. Este tipo de infraestructura es indispensable para asegurar que el sistema eléctrico pueda responder de manera flexible y eficiente a los desafíos que plantea la transición energética. Adicionalmente, las inversiones en almacenamiento contribuirán a mejorar la competitividad del sector energético y a reducir los costos operativos a largo plazo.
Indicadores de Energía No Suministrada
La evaluación de los indicadores de Energía No Suministrada (ENS) y de la Expectativa Máxima de Pérdida de Carga (PECA) revela que la ENS se estima mayor durante las horas vespertinas de los meses de otoño e invierno. Este fenómeno se debe principalmente a la variabilidad inherente a la generación de energía renovable y a la respuesta de la demanda en estos periodos. Mientras que el valor aceptable de PECA aún no se ha estandarizado completamente, se propone un rango de 0,94 a 1,82 horas por año como referencia para medir la fiabilidad del suministro eléctrico.
La adecuación del sistema eléctrico ante estos indicadores requiere de inversiones en tecnologías avanzadas que permitan una respuesta eficiente a las fluctuaciones en la demanda y una gestión óptima de los recursos energéticos. Las herramientas de gestión de la demanda y las soluciones de almacenamiento energético desempeñan un papel crucial en la reducción de la ENS y en la mejora de la fiabilidad del sistema. Además, la adopción de este enfoque proactivo en la gestión energética podría aumentar la resiliencia del sistema eléctrico frente a eventos adversos y a cambios bruscos en las condiciones meteorológicas.
Comparación con Otros Países Europeos
El análisis del riesgo de suministro eléctrico en España para el año 2028 destaca los desafíos y posibles soluciones que enfrenta el país en términos de estabilidad energética. El informe ERAA 2024, elaborado por la Red Europea de Gestores de Redes de Transporte de Electricidad (Entso-e), señala que el futuro del sistema eléctrico en la península ibérica depende de diversos factores indispensables. Con el cierre programado de los reactores nucleares en la central de Almaraz, la viabilidad económica de algunos segmentos de generación y la necesidad de alcanzar los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), se identifican una serie de riesgos y oportunidades. Es crucial considerar también la integración de energías renovables, mejorar la infraestructura de redes y fomentar la eficiencia energética como medidas para asegurar un suministro eléctrico continuo y eficiente. En resumen, España deberá enfrentar múltiples retos para garantizar que su suministro eléctrico sea seguro y estable en el futuro próximo.