Puede que, de una vez por todas, los satélites de SpaceX no sean una molestia para las personas que se dedican a estudiar el cielo y que buscan encontrar los misterios que nos rodean. Aunque parezca mentira, la cantidad de elementos que se encuentran en las capas más altas de la atmosfera suponen un problema tanto para los lanzamientos como para la observación.
La continua puesta en marcha de proyectos que suponen enviar objetos al espacio ha hecho que cada vez sea más complejo realizar un lanzamiento espacial y que los astrónomos sean capaces de hacer bien su trabajo. Y, es que, al mirar al cielo ya no se encuentran ante elementos con cientos de millones de años.