La conducción autónoma se enfrenta a numerosos retos y no todos son tecnológicos. No solo está la cuestión de que los vehículos se desplacen solos, también hay que tomar en cuenta la legislación de cada territorio o el que funcionen en todas las vías y situaciones. Estas barreras pueden desmotivar su contratación, por eso en Tesla prueban nuevas formas de llevarla a los conductores.
Una de las principales trabas para utilizar un servicio que todavía está en desarrollo se ha encontrado en su precio que alcanza los 10.000 dólares en Estados Unidos, por eso han optado por una opción de suscripción mensual que tiene un coste de 199 dólares.
