La Dark Web, ese lado oculto de Internet al que solo se puede acceder mediante navegadores y protocolos especiales, es el hogar de actividades delictivas y por encima de todo, anónimas.
En pocas palabras la encriptación en capas mantiene a los usuarios en el anonimato y dificulta su rastreo, convirtiéndola en un paraíso para los criminales.
En un reciente análisis llevado a cabo por Privacy Affairs, un grupo de investigación de privacidad de datos y ciberseguridad, se examinó el precio de diferentes productos en la Dark Web, revelando detalles bastante inquietantes.