Desde el anuncio original de Windows 11, Microsoft ha ido publicando una serie de procesadores compatibles con su nuevo sistema operativo, cada vez dando mayor cabida a procesadores que antes habían salido de la ecuación y dando la bienvenida a los nuevos.
Sin embargo, este verano, Microsoft de forma sorprendente, eliminó varios procesadores Intel de su lista de compatibles con Windows 11. Posteriormente, en octubre, los de Redmond se dieron cuenta de este error y los que retiraron en verano volvieron a incluirlos en la lista de compatibles.