El mundo de la tecnología lleva asombrado por los chips ARM de Apple desde que se lanzaron al mercado en 2020. Desde entonces, todo el mundo está queriendo copiar un diseño de procesadores que consumen poquísimo y rinden muchísimo.
En ese equilibrio entre la potencia y la eficiencia Apple se ha hecho fuerte, demostrando que el futuro de la informático es ARM y no x86. Y el medio ambiente respira aliviado ante este descubrimiento, ya que dicha tecnología podría frenar la escalada de consumo que llevamos años viviendo.
Pues bien, Apple pese a tener motivos para celebrar lo bien que le van las cosas y lo genial que le han salido los procesadores M1 basados en ARM, la compañía tiene un problema de fuga de cerebros.