Pocas veces ha sido tan evidente el parecido entre ficción y realidad como en el caso de la película Contagio, que ha resultado ser inquietantemente profética. Una de las diferencias entre nuestra realidad y la película es la disponibilidad de tecnologías que están demostrando ser críticas para combatir el coronavirus.
Como la peste negra o la gripe española, la COVID-19 ha puesto de manifiesto la fragilidad humana en un mundo interconectado. Nuestro único respiro es que estamos mejor equipados para responder ante una pandemia.