Nuestro país vecino del norte, Francia, tiene un problema con las piscinas. O, más bien, todos esos miles de propietarios que no comunicaron a las autoridades pertinentes que iban a hacer una. Lo que Francia te da, Francia te quita.
Las piscinas pueden dar lugar a un aumento de los impuestos sobre la propiedad, ya que aumentan el valor de la misma, y deben ser declaradas según la legislación francesa (la española es igual), por eso Hacienda castiga a aquellos propietarios que no notifican que tienen piscina en casa.