Microsoft ya no tiene obstáculos para cerrar la compra de Activision Blizzard. La matriz de Xbox, como anuncio hace cerca de 20 meses, ha pagado cerca de 69.000 millones de dólares por la empresa detrás de sagas como Call of Duty o World of Warcraft o Diablo. Para conseguirlo, ha tenido que superar los escollos regulatorios con los que la adquisición se había encontrado en Estados Unidos y en Reino Unido.